El verano suele asociarse con relax, desconexión y diversión. Sin embargo, para muchas personas, las vacaciones de verano pueden convertirse en una fuente de estrés. Planificar viajes, ajustarse a presupuestos, convivir con familiares durante largos periodos o incluso la presión de “aprovechar al máximo” cada día libre puede generar ansiedad y agotamiento.
El llamado “estrés vacacional” es más común de lo que parece. Cambiar de rutinas, enfrentarse a retrasos en vuelos, largas colas o discusiones familiares puede hacer que el descanso se convierta en un reto. Además, las redes sociales añaden presión al mostrar unas vacaciones “perfectas” que no siempre se corresponden con la realidad.
Para evitarlo, los expertos recomiendan planificar con flexibilidad, dejando espacio para la improvisación y el descanso real. No hace falta llenar cada día con actividades; a veces, simplemente desconectar el móvil, leer un libro o dar un paseo pueden ser las mejores terapias. También es importante gestionar expectativas y recordar que no existe un modelo único de vacaciones ideales.
Si viajar resulta estresante, considera opciones de ocio local o escapadas de fin de semana. El objetivo es priorizar el bienestar físico y emocional. Practicar técnicas de relajación como la respiración consciente o el mindfulness puede ayudar a reducir la ansiedad y disfrutar más del presente.
Este verano, transforma las vacaciones en una oportunidad para recargar energías de verdad. El descanso no es un lujo, sino una necesidad para volver con más fuerza y salud a la rutina.


Más historias
Lo que ocurre después del último latido: los genes que se resisten a morir
El onubense Fermín López vuelve a la selección española
La Diputación impulsa una campaña verde con la entrega de 10.000 árboles y arbustos a los municipios de Huelva