Cinco siglos después, Huelva sigue siendo clave en la memoria de Cristóbal Colón

Más de cinco siglos después de su partida desde el puerto de Palos, Cristóbal Colón sigue siendo una figura envuelta en misterio, debate y fascinación. Lo que no admite discusión es que fue desde tierras onubenses donde comenzó una de las aventuras más decisivas de la historia de la humanidad.

El 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón zarpó con tres carabelas desde el puerto de Palos de la Frontera rumbo a lo desconocido. A bordo de la Pinta, la Niña y la Santa María, partía una expedición que no solo cambiaría los mapas del mundo, sino que transformaría para siempre la relación entre continentes, culturas y civilizaciones.

Lo que muchas veces pasa desapercibido en los libros de texto es que Huelva fue protagonista clave de esa historia. En este rincón del suroeste andaluz se fraguó el sueño colombino: desde el Monasterio de La Rábida, donde Colón fue acogido por fray Juan Pérez y fray Antonio de Marchena, hasta el apoyo logístico y humano que brindaron los marinos onubenses, como los hermanos Pinzón, fundamentales para que la empresa tuviera éxito.

Hoy, la provincia mantiene vivo su legado en torno a Colón. Espacios como el Muelle de las Carabelas, el Monasterio de La Rábida o el Paraje Natural Marismas del Odiel, que acogió parte del entorno natural original del viaje, son testigos del vínculo entre esta tierra y uno de los momentos más trascendentales de la historia.

Pero más allá de los monumentos, Huelva tiene el reto y el derecho de reivindicar su papel como punto de partida del encuentro entre dos mundos. En un tiempo en que la historia se revisa con nuevas miradas, Colón sigue generando preguntas. Lo que no cambia es el lugar desde donde zarpó su viaje: nuestra tierra.