Foto: Ayto Almonte
El Ayuntamiento de Almonte ha vuelto a poner el foco en la grave erosión que sufre el Acantilado del Asperillo, uno de los paisajes más emblemáticos del litoral onubense y del entorno de Doñana. El Consistorio advierte de que el avance del mar amenaza tanto al Monumento Natural como a los habitantes de su entorno, especialmente en zonas como Rancho Pichelin, donde las viviendas se encuentran en riesgo por el retroceso costero.
Un enclave natural en riesgo
El Acantilado del Asperillo, declarado Monumento Natural en 2001, es el acantilado dunar más alto de Europa y un referente geológico único Según datos técnicos, su frente costero retrocede entre medio metro y un metro cada año debido a la erosión y a la alteración del transporte natural de arena. El Ayuntamiento apunta al espigón Juan Carlos I, en la costa de Huelva, como uno de los factores que impiden el flujo natural de sedimentos hacia el sur, provocando pérdida de arena en Matalascañas y en el propio Asperillo.
Impacto social y ambiental
La erosión no solo afecta al ecosistema costero, sino también a las personas que viven en el entorno del acantilado En zonas como Rancho Pichelin, varios vecinos han tenido que levantar muros o defensas provisionales para proteger sus casas del avance del mar
El Ayuntamiento considera que estas familias representan una de las caras visibles del cambio climático en la costa andaluza y pide que sean reconocidas como afectados ambientales, con apoyo institucional similar al de los refugiados climáticos
Medidas actuales y peticiones del Ayuntamiento
El Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) y la Demarcación de Costas han puesto en marcha un proyecto de regeneración de la playa de Matalascañas, con una inversión de seis millones de euros.
El plan prevé el aporte de 700.000 metros cúbicos de arena y la remodelación de nueve espigones, con el objetivo de reforzar la protección del litoral.
Aunque el Ayuntamiento valora esta actuación, advierte que “aportar arena no puede ser una solución indefinida” si no se corrigen las causas estructurales del problema. Por ello, insta al MITECO a revisar el impacto del espigón Juan Carlos I y a impulsar medidas duraderas que garanticen la estabilidad de la costa.
Participación local en la gestión del litoral
El Consistorio subraya la necesidad de que las decisiones sobre la planificación del litoral cuenten con la participación activa del Ayuntamiento y de la comunidad local, conocedora de la evolución del terreno y de sus riesgos. Asimismo, reclama protección y acompañamiento social para las familias afectadas, con el fin de evitar su desplazamiento forzoso y asegurar su bienestar.
Con esta nueva llamada de atención, el Ayuntamiento de Almonte busca movilizar a las administraciones competentes para proteger tanto el patrimonio natural como el humano del litoral onubense.


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